La
clase del 21 de noviembre estuvo destinada a tratar un tema de
suma relevancia ⇒ La ley general de la educación,
haciéndose un abordaje a las leyes en inclusión. Aquí se hizo una revisión del
los decretos 83 y 170, los que si bien fueron creados para transmitir políticas
inclusivas, en la práctica no se dan o no resultan tan efectivas, tanto para el
alumnado como para el cuerpo docente. Y... ¿Por qué sucede esto? Esto
sucede, principalmente, debido a la poca precisión y ambigüedad en torno a
ciertos conceptos claves que orientan a dichos decretos, como por ejemplo, el
propio concepto de inclusión, que al tener una idea errónea de lo
que realmente significa, las políticas que se van creando en nuestro país igual
se forjan de esa forma -pues toman esta definición como referente-, creándose
leyes con cimientos que dejan mucho que desear, y que guían el accionar del
profesorado hacia un modo de implementación equivocado.
Esta
poca precisión es posible denotarla, por ejemplo, en la imposibilidad de
conseguir una buena implementación del diseño universal de aprendizaje,
ya que las diferentes necesidades de apoyo se terminan estandarizando, de modo
que se imponen en las aulas, independientemente de los requerimientos que pueda
tener el/la alumno/a. De esta manera, se fomenta un tipo de educación no
inclusiva, pues en vez de celebrar y enriquecerse de la diversidad -atendiendo
a las necesidades de cada estudiante-, se segrega y se clasifica al
estudiantado, forjando un camino muy distinto al que se planeaba hacer con
dichos decretos en la educación, haciéndose necesaria una reevaluación y
revisión de aquellos, con el fin de tener cimientos claros en torno a la
temática, y así guiar a nuestro país hacia una verdadera inclusión.
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