Daniel Quezada Vicencio
Referencia: Vygotski, L. S. (1924). El defecto y la compensación.
En L.S. Vygotski, Obras escogidas, Vol. V: Fundamentos de defectología
(pp.41-58). Madrid: Visor.
Síntesis y principales conclusiones:
El texto comienza acogiendo el concepto de
supercompensación que es central en la psicología de la personalidad de
aquellos años, especialmente en Adler. La idea de supercompensación sostiene
que ante las dificultades se logran las fortalezas superiores a sólo superar
estas dificultades. La supercompensación es ejemplificada en el campo de la
medicina, explicando que, a un niño sano se le inyecta una dosis de enfermedad
para que genere anticuerpos y sea más resistente a la misma, de esa forma, la
reacción del organismo no es sólo superar la enfermedad, sino que se da lugar a
una supercompensación, ya que también generará inmunidad posterior a ésta.
Se da lugar a la psique diciendo que cuando un órgano
que no tiene reemplazo (no así un pulmón o un riñón) está deteriorado, el
aparato psíquico crea una sobreestructura psíquica que mejora su eficacia. Lo
anterior se ejemplifica con una serie de personas que se destacaron
precisamente en áreas que requerían de ese órgano (por ejemplo, alguien con
problemas de habla se destacó como un gran orador).
Luego, se destaca que la psicología de la personalidad
se diferencia de Freud al negar la necesaria participación de lo biológico en
el desarrollo psíquico de la personalidad y en que incorpora como objetivo de
la vida psíquica el ocupar una posición de acuerdo a las exigencias de la
existencia social. De ello se desprende la perspectiva del futuro, que nos libera
de la condena del pasado (de la teoría Freudiana, por ejemplo), planteando que
la personalidad se orienta hacia un fin, hacia lo que se exige como ser social.
Posteriormente, siguiendo a T. Lipps se describe la ley del dique, que principalmente
propone que, al existir un obstáculo en el curso natural de un hecho psíquico,
se genera una acumulación de energía, que resultará en el rodeo de este
obstáculo (buscar otros caminos) para seguir el curso.
Ahora se aterriza un poco la supercompensación al
ámbito de educación de niños y niñas con discapacidad, teniendo cuatro
consideraciones:
En primer lugar, frente al déficit se puede tener como
resultado tanto la supercompensación (escenario positivo) como el fracaso de la
compensación (escenario negativo) y diferentes matices entre ambos.
En segundo lugar, lo que se valora no es el sufrimiento,
sino su superación. Es decir, la plena validez social como fin último de la
supercompensación.
En tercer lugar, es necesario desmarcarse de la idea
de que, al fallar un órgano, habrá un instantáneo aumento del funcionamiento de
otro. Esto quiere decir que un niño con discapacidad visual no desarrollará un aumento automático
del tacto o el olfato. Más bien, a través de una sobreestructura psíquica,
buscará suplir las dificultades que surgen a causa de la falta de vista (Mejor
memoria, manejo espacial, etc.).
Y finalmente, se destaca que, si bien desde la teoría,
un niño o niña con discapacidad puede ser considerado un igual al niño o niña
sin discapacidad, la manera en que logran sus objetivos son distintas y es
importante para un pedagogo rescatar estas diferencias.
Como conclusión, el autor recalca que, aunque lo
desarrollado por el texto podría sugerir una mayor facilidad en la educación de
los niños y niñas con discapacidad (debido a la presencia de mayores
obstáculos), esto sólo podría sustentarse en establecer objetivos de menor
dificultad, ya que, si se les comparara con niños sin discapacidad respecto a
un objetivo de igual dificultad, sería difícil afirmar que educar a estos
últimos se más complicado. Es así como se recalca centrar la pedagogía no en
proteger a los niños y niñas con discapacidad de todo lo que les rodea, sino el
apuntar a la supercompensación con sus discapacidades como un medio
fortalecedor.
Breve
comentario: El texto
realiza importantes aportaciones a la manera de entender la educación de niños
y niñas con discapacidad, brindando una mirada más positiva de ésta al
considerar los obstáculos como beneficiosos en ciertos aspectos. Ello
reivindica en algún grado la posibilidad de educación de los niños y niñas con
discapacidad, principalmente al plantear la posibilidad de superación e
innovación que acompaña a las dificultades. No obstante, llama la atención la
utilización de cierto lenguaje –que probablemente responde a la época- poco
inclusivo y algunas perspectivas algo obsoletas (conceptos como anormalidad,
defectos, etc.)
Citas textuales:
"La sensación
de insuficiencia de los órganos es para el individuo un estímulo constante al
desarrollo de su psique." (Adler, 1926, p. 10 como se cita en Vygotski,
1924, p. 43).
"El
sentimiento o la consciencia de la minusvalía, que surge en el individuo a
consecuencia del defecto, es la valoración de su posición social y ésta se
convierte en la principal fuerza motriz del desarrollo psíquico." (p. 43).
" (…) el
defecto, la inadaptación, la insuficiencia, no es sólo un menos, una
deficiencia, una magnitud negativa, sino también un estímulo para la
supercompensación." (p. 44).
"(...) el
niño querrá verlo todo si es miope, oírlo todo si tiene una anomalía en el
oído, querrá hablar si tiene dificultades en el habla o tartamudez; el deseo de
volar se expresará en niños que experimentan grandes dificultades incluso para
saltar." (Adler, 1927, p. 57 como se cita en Vygotski, 1924, p. 46).
"La educación
de los niños con diferentes defectos debe basarse en que, simultáneamente con
el defecto también están dadas las tendencias psicológicas de orientación
opuesta, están dadas las capacidades compensatorias para superar el defecto y
que precisamente son éstas las que salen al primer plano en el desarrollo del
niño y deben ser incluidas en el proceso educativo como su fuerza motriz."
(p. 47).
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